lunes, 6 de julio de 2009

¿Periodista o Youtuberista?


 
Ante todo debo aclarar que soy pro digital. Estoy fervorosamente a favor de las nuevas tecnologías, pero me molesta cuando algunas cuestiones -como mi profesión- se toman a la ligera.
Leí en un blog amigo una noticia de la agencia AFP que YouTube decidió crear “una página dedicada a la formación en técnicas de periodismo”, denominada YouTube Reporters. Allí planea ofrecer “una serie de vídeos sobre periodismo de investigación, periodismo ciudadano, la ética en la profesión y cómo realizar una entrevista”.
No es la primera vez que leo sobre temas parecidos y me pregunto por qué el mundo se empeña en menospreciar al periodismo y a la profesión periodística. Es decir, por qué los autoproclamados “nuevos medios” están ansiosos por nombrar “periodista” a cualquiera con la sola finalidad de querer llamarlos así.
¿Una persona que sólo dibuja hermosas casas, es un arquitecto? ¿O un hábil señor que repara cañerías, es ingeniero?
Me parece genial la aplicabilidad de las nuevas tecnologías a TODOS los ámbitos, pero por el mero uso de algunas de ellas no creo que deba diplomarse a alguien en una profesión para la cual es recomendable -y necesario- formarse en diversas disciplinas.
Lo que propone YouTube podría denominarse “youtuberista”, quizás. Una persona con habilidad para editar y postear videos o filmar con celulares.
Pero, desde mi modesta visión, el periodismo es mucho más. Y ser periodista, más aún. Creer que enfocar una cámara nítidamente, editar un video y subirlo a Internet es ser periodista, resulta -por lo menos- una reducción de la profesión.
¿O acaso cuando YouTube cuelgue videos explicando cómo pegar ladrillos con cemento, seremos arquitectos?
El vedettismo de la cultura mediática actual hace que muchas personas se confundan y crean que ser periodista es equivalente a una estrella de cine o TV. Pero el periodista es un “bicho extraño”, con características muy particulares: Inquieto, curioso, preocupado, noctámbulo, perfeccionista, interesado y, sobre todo, receptivo, entre otras “deformaciones”.
En la actualidad, un periodista profesional es una persona capacitada en diferentes disciplinas. Estudió literatura, filosofía, psicología, arte, etc. Es un profesional que se formó durante años (o lo hará incluso durante toda su vida) sobre técnicas de escritura, sobre tipos de noticias, cómo transmitirlas de la manera más clara y precisa, y por el canal más óptimo. Sabe de reglas ortográficas, estrategias de comunicación, formas de difusión, técnicas de imagen y sonido, fotografía, etc. Es un ser adicto a la información permanente, interesado en transmitir una noticia o analizar una idea, una concepción, para compartirla con el público.
Insisto, el periodismo está menospreciado y la profesión bastardeada. Y los principales culpables son los mismos medios pero, sobre todo, los propios periodistas.
La nueva, utilísima, accesible y simple tecnología es una herramienta y los millones de bloggers o enfáticos buscadores independientes de hechos con celulares son simplemente eso. Ni más ni menos. Colóquele el “nombre” que desee, pero no los llame “periodistas”. Porque periodistas, como diría un columnista radial argentino: ¡Es otra cosa!